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la vida es sueño
24/10/10
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Alguien cierra bruscamente la puerta de metal. Silencio. Ahora llora el bebé. No es mío, es de ellos, ellos a quienes tampoco conozco. Pero la mujer corre hacia afuera. Y ya no veo al tipo. Sin embargo el bebé llora. Salgo rápidamente de la cama, me tropiezo porque mi pie había quedado enganchado en las sábanas desprolijas. Busco desesperadamente al bebé, sólo veo gatos, gatos negros, creo que son cinco. Al fin veo al que llora, lo alzo, lo siento liviano, tibio. La puerta de mi cuarto está abierta y mi lámpara es la única encendida. Entonces vuelvo con el bebé en brazos, como si en la oscuridad mi única opción fuera la luz, la luz de mi dormitorio. Lo acuesto en mi cama, espío por la diminuta ventana que da a la calle, sólo veo camiones. Al volver, sobre la sábana el bebé es una H, una letra H, escrita en negro, con relieve. Esto no me asombra, sólo la subrayo con el dedo índice y me acuesto a su lado.
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Muy bueno. Saludos.
ResponderEliminarMe gustó visitarte por primera vez, seguiré haciéndolo.
ResponderEliminarAlicia
¿"Bravo" se escribe con H?
ResponderEliminar¡Enhorabuena! :D
Muy bueno che!!
ResponderEliminargracias por pasar...nos leemos!
Enigmático, oscuro. Misterioso. Me gustó la forma en que hacés avanzar el relato, la conexión de las palabras parece adherirse al vértigo de las emociones para fundirse en un muy agradable cuadro.
ResponderEliminarPasaré para ver como sigue.
Mis saludos, señorita invisible.